La sobreexposición constante a dispositivos sonoros electrónicos, como bocinas o audífonos, es un riesgo perjudicial y puede causar pérdida de audición, así lo mencionó la audióloga Hilda Victorio Armendáriz, del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM).
El aumento en el uso de la tecnología, derivado de la pandemia por COVID-19, ha incrementado el riesgo de daño en el órgano auditivo, hasta un 50 por ciento de las personas sobreexpuestas a ruidos nocivos, podrían tener como consecuencia la pérdida de la audición en edad temprana, aseveró Victorio Armendáriz.
Entre las secuelas detectadas se encuentran acúfenos, que son zumbidos persistentes en los oídos, ototubaritis o inflamación o congestión del oído medio, hipoacusia súbita, que es sordera repentina, además de manifestaciones de irritabilidad, ansiedad y problemas de salud mental.
Indicó que, dentro de estos padecimientos, existen afectaciones que no tienen cura y, en otras, dependiendo de la gravedad, su recuperación es hasta de tres meses, por lo que, a fin de prevenir complicaciones severas, recomienda acudir a revisión médica si existe o se sospecha de alguna alteración al respecto.
Para finalizar, dentro de las recomendaciones que la especialista resaltó para el cuidado auditivo, destacó la importancia de evitar el uso de isopos para la limpieza de oídos porque lesionan el tímpano, utilizar sólo en casos necesarios audífonos de diadema, sin exceder dos horas seguidas y sugirió que los menores de 12 años deben prescindir de los dispositivos tecnológicos.