El Estado de México cierra el año como Líder Nacional en la Producción de Tuna gracias al impulso que el Gobierno de la entidad dio a este sector, a través del apoyo y capacitación de sus productores pero también a la inversión en innovación en las formas de cultivo, producción y comercialización de este fruto.
Lo anterior se alcanzó a través de los diferentes programas y estrategias que la Secretaría del Campo del Estado de México puso en marcha en el territorio mexiquense a favor del campo, destacando la producción de tuna en la región nororiente donde las condiciones geográficas, la innovación y el mejoramiento en las formas de cultivo, producción y comercialización, favorecieron para que la entidad continúe siendo referente nacional en la obtención de este fruto.
De acuerdo con el Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP), se estima que, de la producción nacional anual que asciende aproximadamente a poco más de 471 mil toneladas, el 37 por ciento es de origen mexiquense, es decir, poco más de 175 mil toneladas.
En este sentido, este año se alcanzaron 15 mil 967 hectáreas sembradas en la entidad, con un rendimiento por hectárea de 11.26 toneladas, destacando los municipios de San Martín de las Pirámides, Axapusco, Otumba, Nopaltepec, Temascalapa y Teotihuacán.
Este territorio fue aprovechado por 5 mil productores, quienes generaron en el año 180 mil toneladas, las cuales se comercializaron principalmente entre los meses de julio a septiembre, en puntos de venta nacionales e internacionales como la Central de Abasto de la Ciudad de México, mercados locales y carreteras, así como diferentes ciudades de Estados Unidos, Canadá, Chile, Holanda, Alemania, Bélgica y Francia.
México es el país con mayor diversidad y abundancia de especies de tuna con alrededor de 80 variedades y 150 cultivos de esta fruta a nivel mundial, además de señalar que el nopal productor de tuna contiene una gran diversidad de propiedades genéticas que permiten una diversificación de tonalidades en sus frutos: verde, amarillo, blanco y, en México, varían entre alfajayucan, amarilla, blanca burrón, blanca cristalina, criolla, pico chulo, roja y xoconoxtle.
Esa misma riqueza genética de la tuna genera propiedades significativas que ayudan a que, además de ser un alimento nutritivo, se utilice como remedio natural para tratar enfermedades estomacales, resfriados y colesterol alto.
Su eficacia en la reducción de azúcar en la sangre radica en su capacidad para metabolizarse y es fuente de calcio, magnesio, potasio, fósforo, fibra, hierro, niacina, aminoácidos, así como vitamina C, D, B9, B12 y B6, buenos para la protección cardiovascular, de la retina, del sistema nervioso y para la regeneración celular.
