En el Estado de México los productores de tuna destinan una superficie de casi 16 mil hectáreas para el cultivo de este fruto del nopal.
En la actualidad se calcula un rendimiento de aproximadamente 10 toneladas de tuna por hectárea. En este sentido, de acuerdo con el Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP), se estima que, de la producción nacional anual que asciende aproximadamente a poco más de 471 mil toneladas, el 37 por ciento es de origen mexiquense, es decir, poco más de 175 mil toneladas.
El Gobierno del Estado de México, a través de la Secretaría del Campo, ofrece asistencia técnica especializada a las y los productores de tuna, para asegurar una mayor producción con el manejo orgánico de los cultivos. Su temporalidad es de junio a octubre.
Cabe destacar que el nopal productor de tuna contiene una gran diversidad de propiedades genéticas que permiten una diversificación de tonalidades en sus frutos: verde, amarillo, blanco y, en México, varían entre alfajayucan, amarilla, blanca burrón, blanca cristalina, criolla, pico chulo, roja y xoconoxtle.
Esa misma riqueza genética de la tuna genera propiedades significativas que ayudan a que, además de ser un alimento nutritivo, se utilicen como remedio natural para tratar enfermedades estomacales, resfriados y colesterol alto. Su eficacia en la reducción de azúcar en la sangre radica en su capacidad para metabolizarse.
También no hay que olvidar que el Sistema de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP), señala que, en el 2020, el Estado de México refrendó su posición como primer lugar a nivel nacional en la producción de tuna y el reto de los productores es mantenerse en esa posición para el 2021.