4 años de tormentas para México y las minorías con Trump y la plutocracia.
Por: Horacio López
La vorágine noticiosa en torno a la asunción de Donald Trump al poder es solo la antesala a un escenario desolador para los mexicanos, ya que el republicano señala a nuestro país como el mayor responsable de las grandes calamidades estadounidenses y, por ende, como un enemigo a vencer.
Y más allá de las ya mediatizadas órdenes ejecutivas firmadas su primer día de gobierno en torno a controversiales temas económicos y migratorios, el trasfondo es evidente: Trump es un líder que encarna el odio colectivo de una mayoría dominante en su país (sus votantes) contra Latinoamérica y las minorías.
Escudado en la religión, Trump defiende la vida y la familia pero en una clara doble moral, castiga a los migrantes separando abruptamente a miles de familias con las deportaciones y vulnera los derechos de las minorías por razones de raza e identidad sexual.
La intolerancia es su bandera y la reprensión su brazo de acción, bajo un falso discurso nacionalista.
Por otro lado, busca consolidar en América una plutocracia, es decir, un sistema de gobierno en el que el poder político y económico está en manos de una pequeña élite de personas ricas y poderosas, generalmente millonarios y magnates.
Ese fue su mensaje al mundo en el evento de toma de posesión. Tan solo hay que echarle una revisada a los invitados que sentó a su alrededor durante su investidura.
En esta clase dominante, la riqueza y la influencia económica son los principales factores que determinan el acceso al poder y la toma de decisiones políticas.
La plutocracia a menudo se asocia con la corrupción y el nepotismo, ya que los ricos y poderosos utilizan su influencia para obtener beneficios personales y proteger sus intereses.
Y un factor característico de esta clase es la marcada desigualdad social y económica, pues para ellos las minorías son un mal que debe desaparecer y desde el uso del poder hacen todo lo posible por minarlas.
La plutocracia puede exacerbar la desigualdad social y económica, ya que los ricos y poderosos tienen más acceso a recursos y oportunidades que el resto de la población.
Y esos paradigmas están visibles en la narrativa trumpista; desde las formas como en el fondo de sus políticas; tan solo hay que ver las primeras acciones como sacar a USA de la Organización Mundial de la Salud; cerrar los sitios web oficiales de la Casa Blanca en español, y otras tantas más.
Lamentable lo que le viene a México y a las minorías del mundo en los próximos cuatro años.
