Ricardo Monreal plantea que al Artículo 2 constitucional, sobre la autonomía de las comunidades indígenas para hacer uso de sus propios sistemas normativos, se le agregue que se debe respetar “el interés superior de niñas, niños y adolescentes, sin que pueda justificarse práctica en contrario por el ejercicio de sus usos y costumbres”.
Las niñas y adolescentes de las regiones más pobres de México se ven mayormente afectadas por el matrimonio infantil y las uniones a temprana edad. En el 2015 había 795 actas matrimoniales de niñas de entre 12 y 17 años en el Registro Civil de Guerrero; mientras que en Chiapas se contabilizaron 747 actas.
Las cifras del Consejo Nacional de Población, que en 2020 contabilizó 373 mil partos de madres menores de 18 años, lo que supone más de mil bebés nacidos diariamente de niñas y adolescentes.
Ricardo Monreal expuso que el origen de este fenómeno es variado, pero en la mayoría de los casos se trata de pobreza, falta de oportunidades y costumbres.
“En muchas culturas, los padres consideran que el matrimonio puede garantizar un futuro a las hijas, pues el esposo será el responsable de su cuidado”, explicó el senador