Los regímenes alimenticios deben ser personalizados, pues ninguna dieta funciona igual para todos. Cada individuo tiene diferente talla, peso, edad y horario de trabajo, pero además el tipo, cantidad e intensidad de la actividad física que realiza también es distinto.
Al respecto, Paola Elizabeth Santos Ramírez, Nutrióloga de la Clínica de Consulta Externa “Alfredo Del Mazo Vélez”, del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), consideró fundamental lograr un equilibrio adecuado entre cada uno de estos aspectos.
Explicó que la alimentación es parte esencial para el desarrollo del ser humano, ya que es a través de ella que el cuerpo absorbe los nutrientes requeridos para realizar las actividades diarias; por ello, el ISSEMyM cuenta con expertos en nutrición, encargados de contribuir integralmente a la salud del paciente.
“Lograr una dieta saludable en el paciente requeriría la combinación de tres grupos de alimentos: vegetales, proteínas de origen animal bajos en grasa y cereales de grano entero, los cuales deben incluirse y combinarse en el desayuno, la comida y la cena”, dijo.
Añadió que es deseable no comer con frecuencia azúcares ni productos elaborados como cajeta, mermeladas, miel, leche condensada, gelatinas, refrescos, jugos de fruta envasados, pan de dulce, galletas o harinas refinadas.
Se deben considerar alimentos que contengan grasa de origen vegetal porque son cardioprotectores, como el aguacate, aceite de olivo, nueces, almendras, cacahuates y leguminosas, agregó la nutrióloga.
Dentro de las recomendaciones saludables, Santos Ramírez comentó que una porción de fruta corresponde a una taza, la ración de bistec, pescado o pollo debe ser del tamaño de la palma de la mano.
“Pueden comerse todas las frutas y verduras crudas y realizar combinaciones de pollo, carne magra, cereales y granos integrales, de acuerdo con las cantidades que su especialista estipule”, explicó.
