La Unión Industrial del Estado de México (UNIDEM) advirtió que costará al menos una década recuperar los niveles de bienestar que había antes del año 2000, por lo que tanto gobierno, empresarios y sociedad deben preparse para que los efectos de la inflación producidos por la pandemia y las consecuencias de la invasión de Rusia en Ucrania sean los menores posibles.
El futuro es muy incierto, pero no debemos permitir que la inflación erosione más la economía de las familias. Costaría al menos una década recuperar los niveles de bienestar que teníamos antes de la pandemia si no se toman acciones en el corto plazo.
El director general de la agrupación, Francisco Cuevas Dobarganes manifestó que el panorama económico actual es muy incierto, ésto por el proceso de desgaste en algunas actividades de la economía debido a la pandemia, sobre todo las que fueron clasificadas como no esenciales, tales como salones de eventos, restaurantes, gimnasios, centros de diversión, actividades turísticas, empresas inmobiliarias vinculadas con los servicios y el comercio, entre otras.
“Afortunadamente fueron pocos los ramos industriales que fueron muy afectados. Fue el ramo automotriz el que llevó la peor parte, esto se debió a la baja en la demanda y a la disponibilidad de algunas piezas, destacando los semiconductores. Al dejarse de producir alguna parte de los autos, al no poder ser terminados estos, en consecuencia se afecta la producción del resto de componentes”.
En el Estado de México hubo un gran impacto en el sector automotriz, porque hay muchas empresas que fabrican partes de autos, tales como plásticos, rines, vestiduras, llantas, pintura, gomas, cristales, espejos, frenos o amortiguadores.
Adicionalmente con la invasión de Rusia a Ucrania y por las sanciones que se establecieron, habrá una gran presión inflacionaria que tendrá repercusiones en la mayoría de los productos y servicios, destacando en el corto plazo, los incrementos de precios en el trigo, maíz y derivados del petróleo.
Destacó que aunque el Gobierno de México ha actuado para tratar de mitigar los efectos de la inflación, principalmente reduciendo el cobro del IEPS a las gasolinas, ésta acción si tendrá un efecto para mitigar el incremento de la inflación, pero se trata de una medida cuyo costo-beneficio es cuestionable.
“Pensamos que sería más acertado establecer subsidios, sólo al diésel, ya que se trata del combustible que se utiliza
mayoritariamente para mover personas y mercancías masivamente”.
Cuevas Dobarganes recordó que una de las propuestas que hizo en campaña el presidente de México fue que no subirían los precios de las gasolinas, pero consideró que tal es su nivel de popularidad y la capacidad de comunicar y explicar los problemas, que no habrá un costo político importante al dejar que las gasolinas magna y premium fijen su precio a nivel de mercado. Indicó que esos recursos podrían ser focalizados para subsidiar por ejemplo a la tortilla, ya que tendrá la mayor presión en su precio, toda vez que se requiere diésel, maíz, y gas LP en su transportación, producción y comercialización.
El líder industrial apuntó que a unas semanas de que inicie el ciclo agrícola de temporal, es momento de que el Gobierno Federal promueva la siembra de maíz y trigo, que son los productos que más escasearán una vez que se agoten las reservas de esos granos.
«Estamos a muy bien tiempo de establecer un plan que permita minimizar las presiones inflacionarias y la carestía de productos básicos. Si no se toman medidas inmediatas, los efectos negativos tardarán mucho en poder revertirse. La combinación de la desaceleración que traíamos en el 2019, la pandemia y ahora la guerra en Europa oriental, es una mezcla que podría traer consecuencias muy graves para las familias de escasos recursos en nuestro país», concluyó Cuevas.